A día de hoy, el autoconsumo se consagra como la alternativa más sostenible para el consumo de energía en la vivienda. Con la revolución digital nació esta nueva forma en la que el usuario es el productor del propio suministro eléctrico para el hogar. En medio de un panorama en el que se busca la eficiencia energética en los aparatos electrónicos y electrodomésticos, los expertos han insistido en fabricar equipos respetuosos con el medio ambiente a través de las fuentes de recursos renovables, con el fin de mitigar las partículas nocivas y contaminantes que la sobreexplotación de combustibles como el petróleo o los materiales como los plásticos generan en el planea.
En este sentido, para paliar por completo los efectos de esta crisis climática irreversible, las autoridades europeas, preocupadas por las consecuencias a medio plazo que se pueden llegar a provocar en el caso de ignorar esta problemática mundial, desarrollaron los países de la Unión el plan 20 20 20. Se trata de una serie de objetivos que compromete a todos los integrantes de esta organización a regular ciertos niveles que contribuyen a aumentar la calidad del aire durante el 2020:
El Gobierno español, además, ofrece subvenciones destinadas a cumplir este objetivo de la Unión Europea. Parte de los presupuestos del Estado tiene como propósito la promoción de los sistemas de energías renovables, una partida que cada Comunidad Autónoma gestiona como considera. Estas ayudas pueden ir desde los 3.000 a los 4.500 euros, dependiendo de la normativa que se estipule en cada territorio y de la instalación en cuestión que el usuario desee apostar. Siguiendo esta línea, los sistemas más comunes a día de hoy son:
La energía solar térmica
La aerotermia suele ser el sistema de autoconsumo más favorecedor a las características de vivienda en España, además de cumplir con las necesidades básicas: proporciona agua caliente sanitaria y calefacción. Este sistema extrae entre el 70% y el 80% del aire ambiente para transformarlo en calor para la vivienda.
De este modo, el consumidor ahorra en el suministro que mayor gasto en porcentaje genera en la factura eléctrica mensual del hogar. Su precio de mercado también favorece su compra, ya que cubre la demanda en los bloques de pisos al tiempo que contribuye a la sostenibilidad medioambiental.
La energía solar fotovoltaica
Sin duda alguna, se trata de la instalación más demandada y reconocida a nivel mundial. Su demanda en auge hace que su precio de mercado poco a poco se regule y sea más accesible a las familias. Las placas solares extraen la radiación solar para obtener consumo eléctrico en la vivienda: luz, electricidad, agua y calefacción.
El sistema suele tener una media de unos 30 años. Durante todo ese tiempo, el consumidor no debe preocuparse del montaje, ya que es completamente seguro y no presenta mantenimientos extras. De este modo, el usuario recupera la inversión a medio plazo en forma de menor porcentaje de pago de facturas, ya que una de sus mayores ventajas es su independencia energética a la red eléctrica convencional.